El patrimonio material e inmaterial que posee este cementerio ha significado que el Consejo de Monumentos Nacionales a partir del decreto 0551, con fecha 16.12.2015 resguarde el valor del campo santo para el legado de nuestro país y en especial de sus habitantes; una actitud cultural hacia nuestro pasado, de respeto y reconocimiento colectivo, que permitirá dejar a las futuras generaciones tal legado, que además nos abre la posibilidad de elaborar los proyectos o normas de restauración, reparación, conservación y señalización.
La iniciativa fue presentada por el arquitecto Tomás Domínguez Balmaceda, quien también lideró los esfuerzos para que fuera reconocido el Cementerio General.
Los valores artísticos e históricos del cementerio que se reconocen en el decreto de la declaratoria aprobada por el CMN y posteriormente por el Ministerio de Educación, son que este lugar refleja la separación que tuvo la Iglesia Católica del Estado y que es el más grande y antiguo de Santiago para los fieles católicos, además de su diseño arquitectónico, y el valor de sus estatuas.
Con su nuevo estatus, cualquier tipo de proyecto o renovación del cementerio debe contar con la aprobación del Consejo de Monumentos Nacionales. De esta manera, cambios importantes como el de su fachada o la incorporación de un hall de entrada – ambos realizados en los 60 y que implicarón la demolición de la iglesia original- no podrán ser hechos, ahora, sin los permisos necesarios.