La donación de órganos es para la Iglesia Católica un auténtico acto de amor, siempre y cuando sea un acto libre y espontáneo

Es bien sabido que la doctrina de la Iglesia Católica respalda y estimula la donación de órganos, siempre y cuando ésta sea un acto libre y espontáneo.
Un artículo publicado por la Web de El Pueblo Católico, en el que entrevistan Joseph Aloisius Ratzinger, Papa Benedicto XVI, -sumo pontífice número 265 en el Vaticano- destacó que el Catecismo de la Iglesia Católica tiene criterio moral para la adecuada donación y trasplante de órganos, enunciando lo siguiente:
“El trasplante de órganos es conforme a la ley oral si los daños y los riesgos físicos y psíquicos que padece el donante son proporcionados al bien que se busca para el destinatario.
La donación de órganos después de la muerte es un acto noble y meritorio, que debe ser alentado como manifestación de solidaridad generosa.
Es moralmente inadmisible si el donante o sus legítimos representantes no han dado su explícito consentimiento. Además, no se puede admitir moralmente la mutilación que deja inválido, o provocar directamente la muerte, aunque se haga para retrasar la muerte de otras personas”.