Nuestros compañeros de trabajo son en ocasiones como los miembros de nuestro grupo familiar. Pasamos la mayor parte de nuestros días junto a ellos, en los que formamos lazos de confianza y amistad que son importantes en nuestras relaciones.
La partida de un compañero de trabajo a veces resulta especialmente difícil de sobrellevar, en particular si se tenía una relación de amistad, o si la muerte fue repentina o trágica.
No hay una reacción normal ante la pérdida o una sola forma de enfrentar el dolor. Podemos sentir muchas emociones al tratar de asimilar la pérdida y aceptarla en nuestro diario vivir.

El impacto inicial es una reacción muy común. A menudo le siguen la negación o la incredulidad. Esta puede ser una forma en la que nuestras mentes nos protegen de emociones muy fuertes. La tristeza puede ser muy intensa y profunda, especialmente si fueron buenos amigos. Ansiedad sobre cómo funcionará el lugar de trabajo sin la persona fallecida, por ejemplo, cómo se reasignarán tareas. Temores sobre tu seguridad y protección, dependiendo de la causa de la muerte. Sentimientos de traición, desconfianza, tensión o enojo; pensar que esa muerte no debió suceder. Una necesidad de volver a la rutina normal; una sensación de urgencia o expectativa de dejar atrás la pérdida. Sentimientos de culpabilidad por una última conversación desagradable, tensiones en la relación o por no poder ayudarlos.
Cómo manejar el duelo
Evita juzgar tus reacciones o las de los demás, pues no ayuda a afrontar el duelo. Permite que tus compañeros y tú experimenten las emociones que surjan, aun si no expresan ninguna. No existe una sola forma correcta o normal de sentir cuando alguien ha fallecido, y el duelo no tiene un tiempo definido.
Los recuerdos de las personas fallecidas siempre están presentes en el trabajo. Puede ser útil encontrar la manera de que todos puedan compartirlos abiertamente.
Considera la posibilidad de colocar en la oficina un tablero, donde todos puedan compartir historias, recuerdos y fotos de la persona.
Sé benévolo contigo mismo y haz una pausa si tienes ganas de llorar o te supera la emoción. El cuidado personal es vital en períodos de estrés. Asegúrate de alimentarte bien. Ejercítate con regularidad y duerme lo que sea necesario para un buen descanso. Expresar tus emociones y hablar de tu experiencia con amigos, familiares o un consejero puede ayudar.
Considera hacer algo en equipo por la familia de la persona fallecida, si es posible y está permitido. Puede ser una colecta para la familia, cajas de alimentos (según la necesidad de la familia) o hacer un álbum de recuerdos y enviarle fotos a la familia de la persona fallecida que tal vez ellos no tenga.
Los homenajes de despedida pueden ayudar. Si puedes, asiste al funeral o pueden organizar un homenaje póstumo en el trabajo, sembrando un árbol en su honor o colocando una placa conmemorativa. O realizando una ceremonia de homenaje póstumo, Acoger puede ayudarlos a celebrar la vida de vuestro compañero de trabajo en conjunto con la familia.