Frente a la disminución de la demanda de sepulturas tradicionales, los cementerios católicos se encontraron ante un desafío de gran envergadura: cómo transformar y asegurar la sostenibilidad de largo plazo, al mismo tiempo que se debía restaurar un patrimonio que había sido la elección principal de los católicos en el siglo pasado. Ante esta encrucijada, la Iglesia Católica emprendió la búsqueda de empresarios locales dispuestos a asumir esta importante misión.
De este modo, a raíz de esta necesidad, el Arzobispado de Santiago se asoció con destacados empresarios para dar vida a lo que hoy conocemos como Acoger S.A. Fue en enero de 2006 cuando asumimos la gestión del cementerio católico de Recoleta, marcando un hito significativo en la historia de la gestión funeraria en la región. Un año después, se llevó a cabo la bendición del primer y único cinerario católico, así como el primer memorial urbano destinado al depósito de cenizas en la parroquia Jesús Señor de la Vida, ubicada en la comuna de San Ramón. Este paso inaugural marcó el inicio de una red de memoriales urbanos, compuesta por más de 50 ubicaciones dentro del entorno urbano de Santiago y en los cementerios católicos, demostrando un compromiso sólido con la memoria y el legado de la comunidad católica.
Hoy en día, nos complace informar que Acoger S.A. ha alcanzado un estatus destacado en el sector funerario local, convirtiéndose en la opción preferida cuando se trata de cremación. Este logro es el resultado de nuestra dedicación constante para satisfacer las necesidades de nuestros clientes, brindando asesoramiento y servicios de la más alta calidad. Nuestro compromiso con la preservación del legado católico y la atención personalizada a las familias en tiempos de duelo sigue siendo el pilar fundamental de nuestro éxito continuo.